Mohammad Shehadat

Historia

Cómo Mohammad ayuda a los refugiados sirios a reanudar sus estudios y a adquirir nuevas capacidades

Conoce a Mohammad Shehadat, un refugiado sirio de 26 años que vive en Jordania desde 2013 gracias al apoyo de un proyecto de la UNESCO financiado por el gobierno de la República de Corea. Recientemente compartió su inspiradora historia con la UNESCO.

¿Por qué dejó su país?

En la República Árabe Siria, los jóvenes fueron objeto de reclutamiento por parte de todas las partes del conflicto. Por eso decidí abandonar mi país. No podía imaginarme vivir en esas difíciles circunstancias. Dejar mi país de origen provocó una sensación diferente. Estaba acostumbrado a viajar, pero esta vez sentí que me iba contra mi voluntad. Pensaba en el futuro, en los derechos humanos y en el nuevo lugar en que me sentiría como en casa.

Recuerdo que cuando llegamos todos necesitábamos ayuda médica y psicológica, y alojamiento. Yo sólo buscaba agua, pero nos sentimos seguros cuando encontramos a los guardias fronterizos jordanos con el personal y los voluntarios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Comprobaron y registraron nuestras identidades y documentos personales y nos trasladaron a un lugar seguro.

¿Cómo se instaló y cómo definiría su estado actual?

Tras mi llegada, mi familia me ayudó a trasladarme a la ciudad, y allí sentí que vivía en una sociedad que ya sufre muchos problemas económicos. La gente local era amable y acogedora, y se compadecía y se solidarizaba con nosotros porque estaba al corriente, gracias a los medios de comunicación, de lo que ocurría en Siria.

No me encontraba bien porque veía las numerosas dificultades a las que tenía que hacer frente y no podía superarlas. Permanecí en este estado durante tres años hasta que empecé a ver estos retos de una manera diferente. Comencé a cambiar mis ideas acerca del futuro, la motivación y la necesidad de tomar la iniciativa para desarrollarme y marcar la diferencia. No sólo a nivel personal, sino también a nivel social, porque hay muchos jóvenes que viven en la misma condición y han tenido la misma experiencia que yo.

Recuerdo que lo primero que quise aprender fue a gestionar y planificar el tiempo porque necesitaba completar mi educación. Pude tener esa oportunidad gracias a una beca apoyada por la UNESCO.

Después de esa experiencia, mi determinación por triunfar se vio reforzada. Puse en marcha la Iniciativa Jóvenes por la Paz, dirigida por jóvenes refugiados para promover los valores de la construcción de la paz y transformar a los jóvenes en líderes y ciudadanos globales capaces de lograr cambios positivos en la sociedad.

He sido capaz de crear historias de éxito en muchos ámbitos como la educación, la defensa de los refugiados y la necesidad de su acceso a la educación, iniciativas comunitarias que empoderan a los jóvenes en el ámbito de la informática y las capacidades digitales, y la promoción de la igualdad de género, por la que gané el premio WikiGap. Se trata de una campaña anual que intenta reducir la brecha entre mujeres y hombres en la plataforma Wikipedia. Contribuí a la redacción de más de 10 artículos sobre mujeres líderes y exitosas en la región árabe y recibí el premio WikiGap de manos del embajador de Canadá y del embajador de Suecia en Jordania. Y ahora soy voluntario en el equipo principal del Movimiento de Solidaridad HeForShe.

¿Cuáles son sus planes para el futuro?

Por supuesto, me gustaría transferir la experiencia de mi innovación sostenible (Jóvenes por la Paz) de Jordania a Siria después de la guerra. Me gustaría que el concepto de construcción de la paz fuera conocido por todos los jóvenes y las partes interesadas. Me gustaría que Siria fuera un verdadero modelo de lugar seguro para la coexistencia y el respeto mutuo, independientemente de las diferentes ideas y creencias, después de una feroz guerra. El pueblo sirio tiene que manejar la cultura de la diferencia.

Puedo describir mi progreso como un progreso muy radical, de una persona rota a un agente de cambio y constructor de la paz. Logré obtener un puesto en la Fundación Kofi Annan de Ginebra y pronto seré un agente de cambio en 2022.

¿Qué significa para usted la palabra “refugiado”?

Para mí, un refugiado es una persona que se ha visto obligada a abandonar su país y, por tanto, sus opciones de vida son limitadas y casi inexistentes. En mi país, solíamos recibir y acoger a refugiados de Iraq, Palestina, Líbano y muchos otros países y les dábamos oportunidades. Mantendré estos valores que adquirí de mi país.

Para mí, el asilo ha sido en sí mismo una oportunidad para progresar, porque me he dado cuenta de que los retos y las dificultades a veces pueden ser en sí mismos un poderoso motivo para crear un cambio y un progreso. Por lo tanto, es una oportunidad para abogar por la promoción y la protección de los derechos humanos.

¿Qué mensaje de esperanza le gustaría compartir con aquellos que actualmente están lejos de sus hogares, escuelas y amigos?

Me gustaría decirles que no son diferentes de los demás, sólo tienen una situación especial, y no la eligieron por su propia voluntad. Podréis superar todos los desafíos con determinación y una fuerte motivación. Tenéis que manteneros fuertes y seguir estando orgullosos de vosotros mismos y de vuestros logros, y debéis seguir convencidos de que seréis un valor añadido para vuestros países cuando sean países seguros y regreséis a ellos: seréis capaces de volver a construir vuestro país. Sois el futuro y los líderes del mañana.