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Las habilidades digitales, una posibilidad para mejorar la condición de las y los artistas en México

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Antes de la emergencia sanitaria por la Covid-19, los sectores creativo y cultural empleaban a poco más de 30 millones de personas alrededor del mundo, incluyendo la población joven de entre 18 y 25 años, y generaban 3% del PIB. Con el cese de las actividades, en marzo de 2020, miles de actores, músicos, escritores, gestores culturales en el mundo perdieron sus fuentes de ingresos. 

Ana Laura Aguirre, cantante de profesión, obtenía sus ingresos de presentaciones en fiestas, conciertos o clases, hasta que llegó la pandemia. “Nosotros, como músicos, no tenemos nada asegurado, no tenemos nada que soporte nuestras crisis o que nos apoye cuando suceden este tipo de cosas, por lo menos no la mayoría”, dijo la cantante de 39 años a la revista Expansión en marzo pasado, cuando se cumplió un año de la irrupción del SARS-CoV-2.

Con el encierro, el trabajo, la comunicación y la vida misma tuvieron que trasladarse al ecosistema digital. Las redes sociales y las plataformas de videoconferencia se convirtieron en algunos de los principales medios para vincularse con el mundo y, sobre todo, como vías para la recuperación económica. Pero no ha sido fácil, muchas personas no estaban preparadas para dar el salto al ciberespacio. 

Ante ese panorama, la Oficina de la UNESCO en México colaboró con la Secretaría de Cultura y Facebook para ofrecer herramientas para facilitar la labor de las y los creadores y gestores culturales ante las dinámicas de producción, distribución y consumo digitales. 

El Programa de Impulso a las Economías Creativas y Culturales de México incluyó un ciclo de 11 talleres que iniciaron el 21 de mayo, Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, con temas para construir una presencia en línea, desarrollar contenido digital atractivo (postales, videos, transmisiones en vivo), conocer y emplear métricas, monetizar contenido, además de tres sesiones especiales para profesionales en las industrias musical, editorial y de las artes escénicas. 

“Aunque tengo cuentas personales en Facebook, Instagram o Twitter, mi experiencia sobre estas era limitada. Este muy interesante taller impartido por expertos abrió una puerta de posibilidades que me ayudarán a potenciar los alcances de la labor que realizo en la gestión y difusión cultural”, explica María Rosado, gestora y administradora cultural con más de 30 años de experiencia en el INAH y socia fundadora del Instituto de Investigación y Difusión de la Danza Mexicana en Quintana Roo.

Como María, otras 1,400 personas participaron en los talleres de capacitación para fortalecer el trabajo de artistas y gestores culturales en medios sociales. 

Aunque existe un impacto negativo irrefutable para las economías de todo el mundo en todos los sectores, a causa de la pandemia, las industrias culturales y creativas han sido de las más afectadas. En el reporte ‘Las industrias culturales y creativas frente a la COVID-19. Panorama del impacto económico (junio 2021)’, la Cámara Nacional de la Industria Editorial en México señaló que las ventas de libros cayeron 26 % en 2020, mientras que la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica en México estima una caída de 96%, al comparar las ventas de 10.5 millones de entradas de cine de 2020 y las 261.5 millones de entradas en 2019.  

Cada boleto no adquirido impacta la condición laboral y personal de más de una persona, pero las trabajadoras y los trabajadores independientes del sector cultural y creativo experimentan aún mayores niveles de pérdidas en ingresos y empleos, por lo que es necesario ampliar sus oportunidades, por ejemplo, mediante mayores competencias y conocimientos para responder a la digitalización de las industrias culturales y creativas. 

“El curso que tomé se me hizo interesante para nosotros los jóvenes que trabajamos en fortalecer la lengua maya y que usamos las redes sociales para la difusión."
Pat Boy, rapero maya

Por otra parte, y de acuerdo con un sondeo de la Secretaría de Cultura, solo 16% de las y los artistas en México obtienen beneficios económicos de sus contenidos en línea, por lo que el objetivo del taller facilitado por Facebook fue construir una mayor resiliencia a través del desarrollo de habilidades digitales para activar y promover sus proyectos.

“Me dedico a la artesanía de lata y decoraciones de productos artesanales, mi experiencia en el conversatorio me sirvió para conocer lo que otros artesanos producen y, principalmente, cómo venden sus productos usando la tecnología para su mejor desplazamiento”, compartió Guadalupe Velázquez Pineda, originaria de Chiapa de Corzo.

La apuesta no fue solo por la “operación” de las herramientas digitales, sino por lograr el uso informado y crítico de esas plataformas hasta llegar a un modelo más inclusivo que, en un futuro, se materialice en más y diversas experiencias de emprendimientos y metodologías de trabajo, basadas en la llamada “gestión-experiencia” centrada en las personas, explicó la Secretaría de Cultura. 

Fermín Galindo, artesano textil de Zacatlán de las Manzanas, Puebla, dijo que las herramientas que se presentaron en los talleres le permitirán hacer llegar sus productos a más personas.

“El conversatorio que tuvimos nos abre las posibilidades de expandir, en estos tiempos de pandemia, alternativas para seguir comercializando nuestros productos, para seguir llegando a más personas a través de las redes sociales, pudimos conocer cómo trabajar en estos espacios, cómo hacer llegar la información y qué tipo de contenido debe tener y de qué forma podemos hacer partícipes a las demás personas”.

Es un trabajo en progreso. La UNESCO, la Secretaría de Cultura y Facebook, ya planean nuevos talleres y acciones para fortalecer a las y los artistas, para que aprovechen los beneficios y la inmediatez que las tecnologías ofrecen para mantener el contacto con sus audiencias y, sobre todo, dar a la comunidad cultural en el país nuevas oportunidades y recursos para que reactiven sus actividades y diversifiquen sus fuentes de ingresos.

“Las redes sociales [digitales], como medio principal de difusión y de marketing, juegan un papel fundamental dentro del mundo laboral y los cursos sobre esas herramientas son de gran importancia para la gestoría y la promoción culturales, pues vinculan las nuevas tecnologías para facilitar el alcance y cumplimento de los objetivos de los proyectos culturales.”
Rafael Romero Poot, Director de la compañía de Ballet Folclórico de Quintana Roo