Historia

Ministra de Educación de Colombia: “Enfrentamos un reto enorme: fortalecer el sistema educativo para que sea más equitativo, eficiente y resiliente”

Foto cortesía del Ministerio de Educación Nacional de Colombia

La ministra Angulo es economista y cuenta con más 20 años de trabajo en el campo de la política social y énfasis en el sector educativo, destacándose su vocación y acción en el servicio público. Durante varios años fue directora de Empresarios por la Educación, una organización de la sociedad civil dedicada al fortalecimiento de la formación de maestros, rectores y la generación de comunidades de aprendizaje y desde donde lideró, con otros actores de América Latina, la creación de la Red Latinoamericana de Organizaciones de la Sociedad Civil por la Educación (REDUCA).

En 2016 asumió como Secretaria de Educación de Bogotá, donde fortaleció y modernizó los procesos de calidad, infraestructura educativa, alimentación y movilidad escolar, logrando la menor tasa de deserción escolar en Colombia. Desde agosto de 2018 es ministra de Educación y sus esfuerzos se han centrado en la atención integral en educación inicial, el diseño de un nuevo modelo de alimentación escolar, la reactivación de la infraestructura educativa, la implementación de la política de educación rural, formación y acompañamiento a docentes y directivos docentes, y estrategias de calidad e innovación para potenciar el desarrollo integral, entendiendo los efectos de la pandemia en el sistema. Desde 2018 también es miembro del Comité Directivo Global del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 – Educación 2030, liderado por la UNESCO, en representación del grupo de países de América Latina y el Caribe.

¿Cómo ha sido la respuesta del sector educativo colombiano a la pandemia?

Desde marzo de 2020 el Gobierno del presidente Iván Duque implementó normativas para que el proceso educativo continuara en casa. Se adaptó el Programa de Alimentación Escolar, se generaron apoyos financieros y flexibilización del calendario escolar, para garantizar la educación en medio de esta coyuntura.

Pusimos en marcha estrategias como el portal Aprender Digital: con espacios como "Edu Acción 3, 2, 1" y "Profe en tu casa"; "Mi Señal", la Biblioteca Digital, y la aplicación "B The 1 Challenge"; se profundizó la relación y el trabajo con maestros a través de "Contacto Maestro", "Charlas con Maestros" y la Alianza Familia-Escuela.

Sumado a lo anterior, iniciamos el proyecto “¡Juntos en casa lo lograremos muy bien!”, que, a través de modelos flexibles, textos impresos y material didáctico garantiza la educación a quienes no cuentan con medios electrónicos o virtuales. En alianza con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), se logró la entrega de computadores y avanzar con estrategias para la conectividad con énfasis en colegios rurales, con una meta de alcanzar el 70 % de las sedes en el país.

De otro lado, y para preparar al sistema para un regreso gradual y progresivo a la presencialidad bajo el esquema de alternancia, se emitieron en junio de 2020 los lineamientos con las medidas sanitarias, protocolos de bioseguridad y la agenda educativa para adecuar los procesos institucionales y académicos, teniendo como principios proteger la salud, la vida, la inclusión y la voz de los actores de la comunidad educativa. Esto permitió que en septiembre realizáramos pilotos de alternancia en el 73 % del país. Hoy, más del 80 % de las Secretarías iniciaron el calendario escolar en alternancia y la meta es terminar el primer trimestre de 2021 con todo el sistema educativo en alternancia, devolviendo momentos de presencialidad tan valiosos en el desarrollo de niños y jóvenes.

¿Qué destaca usted de la contribución de las mujeres en la toma de decisiones, políticas y leyes para todos y todas durante la crisis por la COVID-19?

Con el liderazgo de la Vicepresidencia de la República y la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, en 2020 se reportó que, de 20.877 cargos de nivel decisorio reportados en entidades públicas, 9.389 fueron ocupados por mujeres; de estos, el 43 % corresponde al máximo nivel decisorio.

Paralelamente, se trabaja de manera conjunta en el empoderamiento y protección de las mujeres, y la eliminación de la violencia basada en género. Desde el inicio de la pandemia se creó y fomentó el uso de la línea de apoyo psicosocial, con la ayuda de psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales para atender a quienes lo requieran.

Desde el Ministerio de Educación se trabajó en la promoción de la equidad de las niñas y mujeres, enmarcadas en trayectorias educativas completas. En educación preescolar, básica y media a través de la estrategia para el desarrollo de las emociones, el cuidado y el ejercicio de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes.

En educación superior, con la estrategia de orientación socioocupacional “Proyecta-T”, se promueve la orientación a las jóvenes en la toma de decisiones sobre su trayectoria educativa y profesional. Como parte de las acciones de acceso a la educación superior, en el marco del programa Generación E, se han beneficiado 82.177 mujeres en los componentes de excelencia y equidad; de ellas, 7.717 se forman en carreras STEAM; 12.760 provienen de municipios PDET y 16.720 de zonas rurales.

En el marco de la educación superior, el Ministerio de Educación se ha aliado con instituciones de educación superior, la Alta Consejería para la Equidad de la Mujer y ONU Mujeres para la construcción de orientaciones en cuanto a prevención, detección y atención a las violencias basadas en género.

¿Cómo sueña usted la educación del futuro?

Enfrentamos un reto enorme: fortalecer el sistema educativo para que sea más equitativo, eficiente y resiliente, en esta coyuntura y con los desafíos de aprendizaje de una generación. A futuro debemos elevar el aprendizaje alcanzado por los estudiantes, mediante acciones para mejorar y recuperar las pérdidas derivadas de la pandemia, además de orientarla a la innovación y flexibilización del sistema a la luz de un desarrollo integral.

Será necesario tener una mirada reflexiva en las estrategias virtuales y presenciales, para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, poniendo la tecnología al servicio de la pedagogía y no al contrario; buscar nuevas rutas de aprendizaje con calidad para preparar a los estudiantes hacia los retos de la Cuarta Revolución Industrial y motivar el desarrollo socioemocional, de tecnológicas y de la ciencia en niñas, niños, adolescentes, jóvenes, familias y comunidades.

 Este momento reclama una inversión continuada en el sector educativo, al igual que una acción colegiada entre Educación, Protección Social y Tecnologías, para acompañar a estudiantes y familias en su tránsito educativo, que reduzca la deserción y llegue con programas educativos que interpreten el contexto y brinden una adecuada formación a zonas donde hay menor conectividad.