Norma Sibilla fue la primera mujer en convertirse en periodista en la región argentina de Cuyo, en una época en la que el periodismo era una profesión masculina. En 1976, ella escribía para el diario Los Andes cuando fue arrestada y detenida ilegalmente por el régimen militar, junto a otras mujeres. Más tarde se vería obligada a dimitir como periodista a cambio de su libertad.
Su historia no se habría contado más allá de la familia y amigos cercanos si no hubiera sido por tres periodistas de investigación que decidieron rescatar su memoria y transmitir su poderosa historia al público en general.
Norma continuó recolectando información durante su detención, habló con sus custodios y obtuvo importantes pruebas que luego serían utilizadas para llevarlos ante la justicia. Nunca renunció a ser periodista, según explican los autores Oscar Ángel Flores, Ivana Pereyra y María Laura Campo en Norma, la adelantada, publicado por la Universidad de San Luis y presentado el pasado 22 de agosto en presencia de su Decano, Víctor Moriñigo.
El proyecto de investigación sobre la vida de Norma Sibilla se lanzó en el marco de un Diplomado sobre periodismo de investigación, memoria y derechos humanos, dirigido por la Asociación de Corresponsales de América Latina y el Caribe (SOCOLAC). El programa ha capacitado a 236 periodistas en toda la región de América Latina y el Caribe con el apoyo del Fondo Mundial para la Defensa de los Medios (GMDF, por sus siglas en inglés) de la UNESCO, que tiene como objetivo fomentar el periodismo de investigación sobre delitos contra periodistas.
El periodismo de investigación juega un papel crucial en el abordaje de las complejidades de nuestras sociedades. La memoria es lo que construimos, lo que decidimos recordar y lo que decidimos olvidar, somos lo que somos por lo que éramos.
Con este tipo de proyectos de investigación sobre violaciones a los derechos humanos, estamos construyendo la memoria y diciendo colectivamente que esto nunca debería volver a suceder.
Asimismo, la historia de Norma proviene del pasado para resonar en el presente, dando visibilidad a la violencia que las mujeres periodistas tuvieron que enfrentar y todavía enfrentan en muchas partes del mundo. Un estudio realizado en 2020 por la UNESCO y el Centro Internacional de Periodistas reveló que el 73 % de las periodistas sufrieron violencia en línea, incluyendo amenazas, acoso, insultos y otras formas de abuso, y el 20 % de ellas habían sido posteriormente agredidas físicamente o maltratadas en cuanto a la violencia en línea.
