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Rituales agrícolas de la Milpa Maya


Los rituales agrícolas de la milpa maya son una estrategia de resistencia cultural en donde la lengua maya es vital para comunicarse con los Yuum K’áaxo’ob y, además, se manifiesta una cosmovisión particular en la que se mantiene el equilibrio de ser humano con su medio ambiente.
 
 
 
 
 

Cessia Esther Chuc Uc

Profesora-Investigadora del Centro de Español y Maya de la Universidad Autónoma de Campeche

 

La milpa o Kool es un sistema de policultivos en el cual se siembra bu’ul (frijol), k’úum (calabaza), iis (camote), maakal (ñame), iik (chile) y el ixi’im (maíz). Este último es el principal cultivo de la dieta alimenticia de las familias mayas y, como tal, encierra una diversidad de significados en los que se condensan las voces mayas para nombrar a la planta de maíz: x-ki’ichpam (la hermosa), moots (raíz), ka’anal moots (raíces elevadas), saak’a’ (tallo), muum le’ (hoja tierna), u le’ ixi’im (hoja de elote), tsuuk naal (cabello de mazorca), yi’ij ixi’im (espiga de maíz), iis yi’ij ixi’im (polen de la espiga de maíz), junt´o’ol ixi’im (hileras del grano de maíz), u jéek naal (base de la mazorca de maíz), naal (mazorca de maíz), jolo’och (hojas secas de maíz), bakal ixi’im (olote de maíz). (Foto 1 y 2). 

Asimismo, la siembra de maíz concentra una diversidad de conocimientos relacionados con la flora, los bio-indicadores en la vegetación para determinar la calidad de los suelos, el canto de las aves asociado con los fenómenos climatológicos, la observación de las floraciones del ja’bin (Piscidia communis) para determinar ciclos de lluvia abundantes o escasos.  

Sin embargo, el maíz o Ki’ichpam (la hermosa) como es nombrada en el idioma maya, no solamente es un cultivo para la alimentación humana, de los animales domésticos y de diversos animales silvestres y aves, sino que también sustenta y alimenta a los “dueños” de la selva”, a aquellos que cuidan el k’áax (selva) en donde los humanos y otros seres vivos interactúan para la búsqueda de la subsistencia. El k’áax está habitado por árboles, animales, insectos, piedras, sartenejas, cuevas y por los Yuum K’áaxo’ob (Señores del monte) o Yuum Báalamo’ob (Señores jaguar) y los Aluxo’ob (guardianes de las milpas o duendes), a quienes se les tiene que respetar y alimentar. Los Yuum k’áaxo’ob (señores del monte) exigen respeto para cada ser vivo de la selva y, por estos elementos normativos, los mayas, a través de los rituales, mantienen una relación respetuosa con toda la biodiversidad (Foto 3 y 4). Por lo tanto, los milperos, desde los primeros registros escritos en los diccionarios del siglo XVI, se autonombraron los “Aj kimsaj k’áaxo’ob (los que matan el monte, el milpero o labrador porque tala el monte) - Ciudad Real, 1995: 14-, pues el acto de cultivar conlleva la carga moral para proteger a todas las especies que viven en la selva. Los milperos saben que el hecho de cultivar maíz afecta la vida de otros seres vivos, pues la tala de árboles y la quema irrumpen el ciclo de otros seres vivos. De ahí la importancia de buscar este principio de armonía que permitan este balance con el territorio en donde habitan seres tangibles y no tangibles.  

 

El proceso productivo de la milpa tradicional abarca varias etapas, desde la selección y medición del monte, la roza, la tumba, la quema. la siembra y la cosecha. En cada fase, los milperos piden permiso a los Yuum k’áaxo’ob para obtener buenas cosechas. Con el paso del tiempo, los cambios de uso de suelo, la introducción de maquinaria, los sistemas de riego, la siembra de monocultivos (soya, arroz y otros), se han eliminado paulatinamente una diversidad de rituales, los cuales iban a la par con las diferentes etapas de la milpa: ritual para la tumba de los árboles, en el que los milperos entregaban la bebida de saka’ (bebida de masa de maíz sin nixtamalizar, endulzada con miel y aromatizada con semillas molidas de cacao) y esta bebida era ofrecida a los j-xíimbal k’áaxo’ob (caminantes de los montes) para que retiraran a sus animales que allí habitan y así evitarles algún daño. También hacían el ritual de la quema en donde entregaban la bebida de saka’, al que nombraban síis óolal (síis-frío, óolal-energía, ánimo). El objetivo era “alimentar a los vientos para que éstos soplaran fuerte” (ti’al u tséenta’al iik’ ti’al u taal k’aam iik’). Los milperos concebían que los Yuum iik’o’ob debían de ingerir bebidas frescas que aminoraran el calor adquirido en el intenso fuego; de este modo, la bebida ofrecida, se le denominada síis óolal (energía fría), la cual disminuía el bochorno que “los señores vientos” contraían durante la quema.

Rituales vigentes

Pese a los sistemas modernos de riego instalados en los campos agrícolas, se ha mantenido el ritual del Ch’a’aj cháak (petición de la lluvia) y se realiza cuando los milperos observan un retraso o la ausencia de las lluvias (julio-agosto). Representa una acción rogativa a Yuum cháak (Señor de la lluvia), a través de la cual los milperos le elevan plegarias para suplicar el beneficio de las lluvias, elemento vital para el maíz de temporal.  

T’akunaj “Ofrenda de los primeros frutos”

El t’akunaj representa para el agricultor el reconocimiento a los Yuum K’áaxo’ob por la obtención de los primeros frutos. El ritual de la primicia se realiza en la milpa del ejido, se seleccionan las mazorcas grandes y maduras para cocinarlas en el interior de la milpa. En un horno subterráneo (pib), se apilan las mazorcas con toda su envoltura y encima se les coloca hierbas de xolte’ xnuk (L. Myriocephala Schldl. & Cham.), las cuales proporcionan a las mazorcas un aroma agradable. Una vez cocinadas, se colocan en una mesa y se invita a los Yuum k’áaxo’ob, radicados en los cuatro puntos cardinales para que vayan a degustar la ofrenda. La entrega se expresa en lengua maya:  

 

“Yuum báalam, j-kalan lu’umo’ob, aluxo’ob, je’ela’ yáax jante’ex a ti’ale’ex, te’ex síikto’on, a ti’ale’ex le lu’uma’, k to’one chéen k majantik le lu’umo’, te’ex joyatike’ex, to’one’ chéen k jantik u pachal, (Señor del monte, guardianes de la tierra, duendes, les ofrecemos sus alimentos son de ustedes, ustedes nos lo regalan porque esta tierra les pertenece, nosotros solo les pedimos prestadas estas tierras a la que ustedes riegan, por lo que nosotros sólo comeremos una porción de lo que reste).  

 

Después del ofrecimiento, se dispone de un receso de 20 minutos para que los Yuum k’áaxo’ob consuman la esencia de las primicias. Al término de esta ceremonia, el productor convida los alimentos de la mesa a todos sus acompañantes. 

Ritual del janli Kool (Comida de la milpa)

Los milperos, junto con sus familias, organizan el ritual de agradecimiento por todos los cultivos cosechados de la milpa durante el ciclo agrícola. Una ofrenda de janli kool consiste en guisados de pavos, bebidas de masa, varios pibo’ob (tamales grandes), hechos con masa de maíz nuevo, pasta de frijol, semillas de calabaza molida y k’ol,1 carne y caldo de pavo, bebida de maíz, endulzada con miel (saka’); bebida de corteza de árbol denominada balche’ (Lonchocarpus castilloi Standl.); cigarros elaborados con las hojas de tabaco (K’uuts-Nicotiana tabacum L.); velas fabricadas con cera natural (k’aaxil kiib-velas de cera silvestre).

En el patio de la casa del milpero, el íitsa’ (ayudante ritual o traducción literal: “el dispersador del agua”) enciende una vela y en un incensario coloca brazas de carbón en las que deposita trocitos de copal. El humo y el aroma de estos elementos son señales previas para la presentación de los alimentos. (Foto 5). El j-meen se dirige a los Señores del monte, a quienes informa de los nombres de todos los integrantes de la familia para que los conozca e identifique: 

A continuación, el j-meen inicia su plegaria, a los señores del monte: 

 

Dios Yumbil (Yum k’áax), Dios mejenbil (aluxo’ob) y Dios espíritu santo (espíritu del Yum k’áax), yumtsile’ex, ts’o’ok a sikto’one’ex le santo gracia yéetel tuláakal yich pak’al ti’al k jantej, le olale’ múul ki’imak óol yéetel te’ex, je’ le t’akunaj, k’aame’ex yéetel tuláakal u yutsil k puksik’al.  

Después de esta oración, el sacerdote nombraba con tono melódico a los sitios arqueológicos, aprovisionamientos de agua naturales y artificiales (sartenejas y cisternas respectivamente), en donde él concebía que habitan los señores del monte y el espíritu de los ancestros.

Tu káakabi Uxmal, tu káakabi Multuun cháak, tu ak’al Yíiba, tu káakabi Crucero, tu káakabi Xpanbi wits, tu káakabi Chuukij, tu káakabi X-joyo’kij, tu káakabi Ch’elemi, tu káakabi Xi’naj Balam, tu káakabi Ch’oyobi, tu káakabi Mirador, tu káakabi Calabozo, tu káakabi X-kiib Che’il, tu ak’al X-ka’ lóot’, tu káakabi  Naj bom, tu ak’al akinaj, chak’an K’éek’en, tu káakabi Naj  abal, tu káakabi Naj ya’axche’, tu káakabi Xiu, tu káakabi Korox che’il, tu káakabi naj ya’axche’ (tu banda Xlooj láam), tu ak’al xuuch, tu káakabi ikuchi, tu káakabi X-k’a’k’al mozón, tu káakabi Xts’iib che’il, tu káakabi naj wayum, tu káakabi Poxnuk, tu káakabi X-kanúup. Tu ejido Xkan cháactun, tu káakabi naj wayum, tu káakabi Chacte’il, tu káakabi ch’e’en pak’am, tu káakabi Chun ja’bin, tu káakabi Chun koopo’, tu káakabi Chaay, tu káakabi X-kalan kaab, tu káakabi Ts’ala’, tu káakabi Polyuc, tu káakabi San Francisco.3 

Una vez finalizada la entrega de las ofrendas, se espera unos 20 minutos para que todos los Yuum Báalamo’obYuum iiko’ob y Yuum cháako’ob y los aluxo’ob degusten los alimentos. Posteriormente, se distribuye entre todos los asistentes en el que participan: niños, jóvenes y adultos. De esta manera, todos agradecen a los Yuum k’áaxo’ob sus benevolencias, el haberles permitido obtener los alimentos para la subsistencia del ciclo anual, a fin de recuperar la armonía y el equilibrio cósmico.

Los rituales agrícolas de la milpa maya son una estrategia de resistencia cultural en donde la lengua maya es vital para comunicarse con los Yuum K’áaxo’ob y, además, se manifiesta una cosmovisión particular en la que se mantiene el equilibrio del hombre con su medio ambiente, para el que las nuevas actividades económicas (agricultura intensiva, monocultivos) amenazan las cadenas bióticas del ecosistema y de la propia vida humana.

[1] El k’ol,es un guisado hecho con adobo de achiote, caldo de pavo, los cuales se mezclan con masa de maíz diluída, luego se cocina y poste-riormente se retira del fuego, cuando adquiere un estado gelatinoso y consistente.
[2] Señor del monte, aluxo’ob y espíritu del señor del monte, ustedes nos han bendecido con la producción de los cultivos que servirán para nuestra alimentación. Por tal motivo, compartimos nuestra alegría con ustedes, ofreciéndoles alimentos, recíbanlo con la bondad de nues-tro corazón.
[3] En el canto destacan dos elementos naturales que convienen resaltar: káakab y ak’ali. Los habitantes de Nunkiní traducen el primer con-cepto como un lugar de vestigios arqueológicos. Sin embargo, el Diccionario Básico Español-Maya. Español señala que káakab significa: “Suelo pardo obscuro de redzina, bueno para la agricultura” (Bastarrachea, 1992: 94). Aunque los lugareños no hacen alusión explícitamente a las características del suelo, sí demuestran que la existencia de vida humana fue posible gracias a las buenas tierras que tenían alrededor de los asentamientos prehispánicos. El otro elemento es el ak’al, que significa laguna o aguada.

Referencias 

Bastarrachea, J. R., Yah Pech, E. y otros. 1992. Diccionario Básico Español-maya-Español, Mérida: Maldonado Editores. 
Ciudad Real, A. 1995. Calepino de Motul. En: R. Arzápalo (ed.) Diccionario Maya-Español. México: Universidad Autónoma de México, Tomo III,  
Durán, R., Campos, G. y otros. 2000. Listado Florístico de la Península de Yucatán, Mérida, Yuc: Impresiones Profesionales del Sureste, S.A.de C.V/ C.I.C.Y de Yucatán, A.C.  

Terán, S. y Rasmussen, C. 2009. La milpa de los mayas. Mérida, Yucatán: Universidad Nacional Autónoma de México/Universidad de Oriente.