Historia

Vidas resilientes, educación transformadora: la historia de Maritza en Guatemala

#LaEducaciónTransformaVidas:
Maritza Chacaj – Centros UNESCO-MALALA
Debemos de estudiar, poner nuestros conocimientos en práctica, no darnos por vencidas
Maritza Chacaj, participante, Centros UNESCO-MALALA

Katy Maritza Chacaj Sam, de 18 años, ha sabido aprovechar las oportunidades para continuar con sus estudios. Ella, al igual que muchas otras jóvenes del país, deseaba estudiar, pero la falta de recursos limitaba su derecho a la educación. Sin embargo, gracias al apoyo de instituciones aliadas de los Centros UNESCO-MALALA-MINEDUC, como los Centros Educativos de Fe y Alegría y el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER), Maritza logró completar sus estudios del nivel básico y ahora se encuentra cursando el primer año de bachillerato.

Cuando saqué el tercero básico, para mí fue una experiencia y un logro, y es algo que yo valoro mucho, cada parte, cada momento cuando yo estoy en la UNESCO. La verdad, UNESCO ha brindado oportunidades a muchas mujeres, jóvenes, que realmente necesitan graduarse, necesitan un empleo en un futuro
Maritza Chacaj, participante, Centros UNESCO-MALALA

Necesito apoyo, ayuda, palabras de aliento de las personas”. El aspecto emocional es un factor clave para la continuidad en programas educativos que puede ayudar a reducirla deserción escolar de las niñas y adolescentes. Es claro que el acompañamiento y motivación hacia las participantes por parte de al menos un miembro familiar, incide de manera positiva en su desarrollo. Las promotoras y lideresas de los Centros UNESCO-MALALA-MINEDUC incentivan y aconsejan a las participantes de los centros para que continúen con sus estudios, demostrando su compromiso con la educación de las mujeres en cada comunidad. Es así como Maritza logra involucrarse en los distintos talleres de los Centros Malala, y encuentra el apoyo que impulsa su educación.

La ventaja de estar ahí es porque yo no contaba con recursos, porque mi familia es de bajos recursos. Mis padres me comentaron que, si yo quería seguir estudiando, que yo tratara la manera de ver como ganaba los grados, porque no contaban con los recursos necesarios
Maritza Chacaj, participante, Centros UNESCO-MALALA

Para Maritza, buscar un mejor futuro significa también esfuerzo, esmero y dedicación.  Además de enfrentar el desafío de ser mujer indígena en Guatemala, Maritza, que proviene de una familia de recursos limitados, enfrenta obstáculos de movilidad y transporte en medio de la pandemia. Sin embargo, es una de las participantes que se han acercado a los Centros-UNESCO-Malala-Mineduc para ejercer su derecho a la educación, en un espacio seguro que promueve la convivencia, el aprendizaje y la participación.

Yo las invito, no se desanimen, ánimo... ánimo. Estar en UNESCO-MALALA es un orgullo, una felicidad, uno se divierte y al mismo tiempo aprende sobre muchos cosas, nuevas actitudes, nuevos emprendimientos y nuevos conocimientos
Maritza Chacaj, participante, Centros UNESCO-MALALA

Durante los últimos tres años, desde la apertura de los Centros UNESCO-Malala-Mineduc en Guatemala, se ha logrado transformar la vida de más de 900 niñas y jóvenes mujeres indígenas de Totonicapán. En cada centro, además de tener la oportunidad de reinsertarse a los distintos programas de segunda oportunidad, y de recibir formación integral para su desarrollo, las participantes exploran sus capacidades de resiliencia, autodeterminación y empoderamiento.

El compromiso de la UNESCO en materia de educación se vincula con el ODS4, busca asegurar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos. Los distintos programas de la UNESCO se dirigen a consolidar la paz, erradicar la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible.