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Abrir la puerta de la educación para el desarrollo sostenible a todos en Sri Lanka

En Sri Lanka, una alternativa a la escolarización formal está cambiando las vidas de los jóvenes que no pudieron cursar estudios en el sistema educativo tradicional, al tiempo que aporta soluciones a algunos de los mayores problemas medioambientales del país.

El Programa Escuela Abierta, un producto del Instituto Nacional de Educación, con sede en el suburbio de Maharagama, en Colombo (Sri Lanka), entidad que funciona desde 2007, facilita en todo el país el acceso a una educación sostenible y de calidad coordinada por los propios alumnos y presta especial atención a los sectores más pobres y marginados de la población.

“La idea de tener un programa de escuela abierta surgió como resultado del bajo índice de alfabetismo que prevalecía entre los niños que habían abandonado la enseñanza formal, pero también porque queríamos colmar muchas otras deficiencias. Queríamos integrar a grupos como las mujeres, los discapacitados físicos y mentales, los presos, los pueblos indígenas y las minorías, y queríamos asegurarnos de que las experiencias adquiridas en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible se incorporaban a la iniciativa”, declaró el Director del proyecto, el Sr Sarawanamuthu Dunaisingh.

“Nuestro país no sólo ha sufrido graves accidentes medioambientales, sino que además tenemos un enorme problema con la basura, en particular con productos electrónicos desechados y peligrosos. También nos ahogamos en plástico y polietileno. Allí donde antes la gente hubiera usado una hoja de banano a modo de plato, ahora usan un plato de plástico, pero lo arrojan luego de la misma manera que si fuera una hoja de banano”, afirmó el Sr. Dunaisingh.

El programa opera en la educación primaria, secundaria y de tercer ciclo, principalmente en comunidades de campesinos y obreros, y ofrece una gama de opciones a quienes carecen de una formación básica acreditada. Se trata de un sistema innovador y flexible, en el que los estudiantes pueden trabajar con miras a pasar un examen específico o lograr determinada cualificación, sin necesidad de asistir a clases o someterse a un calendario de plazos fijos. Docentes y alumnos se reúnen según su conveniencia mutua para trabajar sobre los temas seleccionados y la enseñanza cuenta con el apoyo de planes de trabajo y materiales de autoaprendizaje.

La atención del programa se centra en la alfabetización (el Instituto Nacional de Educación fue uno de los ganadores del Premio UNESCO-Rey Sejong de Alfabetización de 2015) y los medios de subsistencia, con miras a que los alumnos no sólo alcancen a completar los cursos y programas de formación profesional, sino a que puedan acceder al mundo del trabajo dotados de conocimientos sobre el desarrollo sostenible.

“Con frecuencia se hace mucho hincapié en el consumismo y existe escasa comprensión de la sostenibilidad, por eso las escuelas informales proporcionan la oportunidad de aprendizaje perfecta”, dijo el Sr. Dunaisingh.

Los temas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) que se examinan en el programa abarcan la eliminación adecuada de desechos, la higiene alimentaria y cómo reducir a cero el despilfarro de comida, la agricultura orgánica y la enseñanza general relativa a los métodos ecológicos y no contaminantes.

Hasta el momento, el programa ha beneficiado a 2.200 estudiantes, 200 de los cuales han superado los exámenes de nivel O y otros 20 cursan ya estudios de nivel A. Unos 200 alumnos se incorporaron a la educación formal y otros 900 han conseguido empleo en diversos campos.

El programa ha creado además 26 centros de estudio regionales, ha contratado a 227 tutores y a 26 tutores principales, y ha realizado cuatro talleres nacionales y dos internacionales.

El Sr. Dunaisingh cree que ya es hora de difundir más ampliamente al mensaje de la EDS en la comunidad. En Sri Lanka, la industria textil es una de las más importantes y es la responsable de gran parte de la contaminación, debida al uso de tintes y sustancias químicas.

El propósito del director es que los alumnos y tutores de las escuelas abiertas reciban concienciación sobre prácticas biodegradables y beneficiosas para el entorno en lo relativo a los problemas y la protección del medio ambiente, la eliminación de la basura electrónica, la gestión de reciclado del plástico, la reducción de emisiones y la aplicación de la política de reducir a cero la generación de desechos, en todas las zonas donde operan las escuelas abiertas.

“Queremos colaborar con los institutos de capacitación del sector textil para impartir formación profesional a nuestros alumnos en las escuelas abiertas y, al mismo tiempo, educarlos sobre métodos menos nocivos de procesar los textiles”, añadió el Sr. Dunaisingh.

El Programa Escuela Abierta fue candidato al Premio UNESCO-Japón de EDS en 2017.