Climate change at school - Uganda

Historia

Creación de asociaciones estratégicas para hacer frente al cambio climático en el ámbito escolar

“Nuestra escuela está situada en una zona afectada por el cambio climático, pues es muy seca”, explica el director Hamuza Kabugu del Centro Educativo Ikirah de Bukyanagandi, en el suroeste de Uganda. “Después de unirnos a la RedPEA de la UNESCO en 2012, nos dimos cuenta de que entre los temas importantes está la educación para el desarrollo sostenible”. Desde entonces, la escuela se ha comprometido a aplicar un enfoque escolar integral. Trabajando en equipo con varios asociados políticos, institutos de investigación y otros establecimientos, la escuela ha sido capaz de encontrar soluciones creativas e innovadoras para los diferentes problemas en los relativo al cambio climático y proporcionar oportunidades de aprendizaje atractivas para los estudiantes.

En 2015, al reconocer el potencial y la motivación de los estudiantes y educadores, un miembro del parlamento ugandés vinculó la escuela con el Instituto de Investigación Industrial de Uganda (UIRI). La escuela ya tenía un programa de producción de su propio jabón en su recinto. El UIRI les proporcionó máquinas e impartió una formación en la escuela para una producción de jabón más respetuosa con el medio ambiente. También certificaron oficialmente el jabón de la escuela y permitieron nuevas colaboraciones. Por ejemplo, tras el estallido de la pandemia de COVID-19, la escuela donó jabón a un hospital cercano. Esta donación fue posible gracias a la colaboración con la ONG alemana “Kinderhilfswerk Uganda”. Además, en 2017, la escuela se presentó con éxito a un plan de apoyo a la enseñanza medioambiental del Ministerio del Medio Ambiente de Uganda (NEMA), que les suministró paneles solares para proporcionar una fuente de energía alternativa a la quema de madera. La escuela también ha experimentado con estiércol de vaca para la producción de biogás para alimentar lámparas y estufas, que ahora es ampliamente utilizado por las comunidades cercanas a la escuela. Como explica Kabugu: “Los estudiantes, y los políticos, los líderes religiosos, todos ellos tienen que participar. Es importante no pensar sólo en el trabajo en el aula. Empezamos por los alumnos, porque ellos son los agentes del cambio. Aprenden lo que hay que hacer y luego llevan la información de la escuela a la comunidad y a sus padres”. La estudiante Lamula Kyakunzire describe cómo convenció a su familia para que plantara árboles alrededor de su casa: “Si no enseñamos a nuestras comunidades los peligros del calentamiento global, seguirán con la deforestación. Y ahora los cambios son visibles. Tras conocer el uso del estiércol de vaca para la producción de biogás, muchos de los miembros de la comunidad han comenzado a utilizar esta fuente de energía sostenible”.

Climate change at school - Uganda

El director Kabugo también se esfuerza en proporcionar a sus alumnos y educadores una forma de compartir sus conocimientos y experiencias con otras cinco escuelas de la zona, así como con una escuela de la RedPEA en Alemania, el instituto Dietrich-Bonhoeffer-Gymnasium, porque, como afirma Kabugu, “si no compartimos nuestras buenas prácticas con otras escuelas, éstas morirán con nosotros. Los alumnos forman a los alumnos, y los docentes a los docentes. Y les decimos que empezamos con la UNESCO”. Tras estos intercambios, otras escuelas han adoptado prácticas como la plantación de árboles y la recogida de agua de lluvia.

El intercambio internacional con la escuela asociada de Alemania se ha consolidado a lo largo de los años para intercambiar “problemas, oportunidades, ciencia y culturas” Como explica Kabugo: “Les contamos lo que hacemos aquí, ellos nos cuentan lo que hacen allí, por ejemplo, para disminuir las emisiones escolares de dióxido de carbono en la atmósfera, y aprendemos unos de otros y juntos”. Gracias a estos intercambios, la escuela alemana también se enteró de que el Centro Educativo Ikirah necesitaba un nuevo depósito de agua y les apoyó económicamente para adquirirlo. Sus visitas recíprocas sólo se vieron interrumpidas por la pandemia de COVID-19, pero los intercambios continúan en línea.