Khaldoun National School, Isa Town, Bahrain

Historia

Repensar las instalaciones y el funcionamiento para un entorno escolar respetuoso con el clima

Aunque la educación sobre el cambio climático forma parte cada vez más de los programas escolares de todo el mundo, las instalaciones y las operaciones no suelen incorporarse a la lucha contra el calentamiento global.

En la Escuela Nacional Ibn Khaldoun de Isa Town (Bahrein), las instalaciones se gestionan de forma sostenible y se utilizan como foro para la experiencia de aprendizaje de los alumnos.

La circularidad desempeña un papel importante. Situado en una zona con escasez de agua, el invernadero de la escuela utiliza agua que se recicla de otras instalaciones escolares. Los residuos producidos en el invernadero se utilizan como abono para el jardín de la escuela. Para satisfacer las necesidades energéticas del invernadero, el tejado de la escuela, pero también otras superficies de las instalaciones, como los aparcamientos de los docentes, están cubiertos con paneles solares.

Al cuidar el invernadero, los alumnos aprenden sobre prácticas de riego que preservan los recursos, como las técnicas acuapónicas e hidropónicas, diferentes plantas y el uso de un invernadero en un clima árido. Como subrayó el director, el Dr. Kamal Abdel-Nour, es crucial que la oportunidad de aprendizaje de instalaciones como el invernadero esté en el entorno inmediato de los alumnos. “Está ahí, está disponible, pueden ver estas cosas a su alrededor”. Los estudiantes que se unieron al “Go Green Club” la asociación medioambiental de la escuela, participaron en la planificación del invernadero, adquiriendo habilidades fundamentales, como el trabajo en equipo, la divulgación y la planificación de proyectos. Esto podría ayudar a los alumnos en sus carreras, como explicó el profesor Labib: “El programa pretende inspirar a los alumnos para que tengan sus propios proyectos en el futuro como empresarios que toman en cuenta el medio ambiente”.

Sin embargo, el estudiante Ali Alammadi también describió algunos retos que sus esfuerzos deben afrontar: “La parte más difícil del proyecto fue cambiar el comportamiento de los alumnos hacia el medio ambiente e incitarlos a actuar”. La escuela trató de sortear estos problemas con un diseño del invernadero que también tenga en cuenta aspectos estéticos para atraer a más cantidad de personas y construirlo en una ubicación conveniente. Además, como en la mayoría de las escuelas, también se necesitó algún tiempo hasta que todos los docentes aceptaron el cambio. Pero, como declaró el director, el Dr. Abdel-Nour, este cambio “es un viaje” y mitigó esas preocupaciones integrando la educación climática como una actividad curricular básica, de modo que los docentes y los alumnos la perciban y experimenten como un elemento central de la enseñanza y el aprendizaje.

Mediante el trabajo práctico, los estudiantes también han integrado estas prácticas en su vida cotidiana: “Durante este programa, mi comportamiento hacia la utilización de artículos cotidianos ha cambiado, y me he vuelto más precavido con respecto a las cosas que debo ahorrar”, describió el estudiante Ali Alammadi. Su familia instaló dispositivos para ahorrar el agua, trabaja para reducir su consumo de agua y energía y recicla diferentes tipos de desechos. “Estas cosas parecen muy sencillas, pero pueden suponer una gran diferencia, si todos las hacemos”, afirma Alammadi.

En la escuela nacional Ibn Khaldoun, los estudiantes están capacitados como agentes de cambio que impulsan la innovación, como afirmó el director, Dr. Abdel-Nour: “Tenemos que escuchar a los alumnos, tenemos que empoderarlos, tenemos que darles voz. Cuanto más se empodere a los estudiantes, más aumentan las posibilidades de tener éxito. Ellos tienen la resiliencia, el entusiasmo y las ideas. Y entonces no hay que preocuparse por demasiadas cosas porque ellos pueden mostrarnos el camino”.