Transformando vidas a través de la educación

¿Cómo ha cambiado la educación nuestro mundo? Descubran cómo las campañas de alfabetización apoyadas por la UNESCO mejoraron las vidas de millones de personas en todo el mundo desde el decenio de 1950.
Girls at school
Última actualización:26 de Marzo de 2024

Transformar la educación para cambiar nuestro mundo

La educación es un eje central de la misión de la UNESCO en la tarea de construir la paz, erradicar la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible. La Organización se ocupa de todos los ámbitos de la educación, ejerce un liderazgo en ellos a nivel regional y mundial, fortalece los sistemas educativos en todo el mundo y agrupa a los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para hacer posible que se dispense una educación de calidad para todos. La UNESCO publica importantes informes y datos para los encargados de elaborar las políticas de educación, lleva a cabo programas sobre el terreno que van desde la formación de docentes hasta las respuestas a situaciones de emergencia, y establece normas y estándares para todos con vistas a orientar el desarrollo de la educación desde la enseñanza preescolar hasta la superior y más allá.

El derecho a la educación y la alfabetización en un mundo en ruinas

Sur de Italia en 1950 Hacinados en un estrecho pupitre hecho con madera recuperada, tres niños están atareados garabateando en sus cuadernos. La Guerra había acabado cinco años antes, pero las cicatrices del conflicto son todavía visibles en este reportaje gráfico encargado por la UNESCO al famoso fotorreportero David Seymour.

El aula tenía el suelo de tierra y las paredes estaban toscamente enlucidas. Los niños llevaban ropas andrajosas. Iban con alpargatas confeccionadas en sus casas, porque los zapatos y el dinero para comprarlos eran dos artículos de lujo en el miserable sur de Italia devastado por la guerra.

Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial, menos de la mitad de la población del país sabía leer y escribir, y apenas un tercio de los italianos habían terminado la escuela primaria.

Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, la UNESCO condujo una importante campaña educación en Europa para dar una respuesta a la crisis de la educación, reparar y reconstruir los vínculos entre los pueblos y fortalecer las identidades culturales después de años de conflicto. Las imágenes de David Seymour muestran la amplitud de la lucha contra el analfabetismo, conducida por el gobierno italiano de la posguerra y organizaciones no gubernamentales respaldadas por la UNESCO.

Viendo retrospectivamente la situación de indigencia captada en el fotorreportaje de Seymour, podemos percatarnos de la magnitud del éxito de la campaña de alfabetización. En efecto, setenta y un años más tarde, la tasa de alfabetización de los nietos de los niños que vemos en esas imágenes se cifra hoy en un 99,16%.

Otras campañas de alfabetización análogas se llevaron a cabo en otras partes del globo, por ejemplo en la Corea devastada por la guerra, donde la UNESCO dirigió un importante programa de edición de libros de texto para la educación básica en el decenio de 1950. Muchos años después, el ex Secretario General de las Naciones Unidas y ciudadano coreano, Ban Ki-moon, puso de relieve la importancia que tuvo ese programa para el desarrollo de su país, con estas palabras:

En efecto, con el apoyo de la comunidad internacional la República de Corea supo transformarse a sí misma y pasó de ser una nación que recibía ayuda a convertirse en uno de los países industrializados más avanzados mundo, así como en uno de los donantes y contribuyentes más importantes de la UNESCO.

En Perú, a principios del decenio de 1960, el programa de asistencia técnica de la UNESCO para alfabetizar a las comunidades desfavorecidas pudo llegar, no sin dificultades, a las aldeas más lejanas encaramadas en lo más alto de los Andes

En un momento en el que la economía del Perú estaba viviendo un largo periodo de expansión fomentado por las exportaciones, no toda la población del país pudo sacar provecho de esa época de bonanza, ya que solamente benefició a los habitantes de la zona costera industrializada. En cambio, las comunidades andinas tuvieron que seguir afrontando los problemas derivados de la pobreza, el analfabetismo y la despoblación.

El fotorreportero Paul Almasy nos ha legado esta imagen conmovedora de un anciano descalzo descifrando un periódico gracias a sus conocimientos en lectura, recién adquiridos en un programa de alfabetización.

El aula de la misión de alfabetización de la UNESCO en Chinchera, un pueblo situado en las tierras altas de los Andes peruanos, ha permitido a este anciano descubrir el mundo existente más allá de su minúscula aldea.

Desde los años sesenta del siglo pasado, el número de jóvenes y adultos analfabetos ha disminuido espectacularmente en todo el mundo, y ahora en el siglo XXI la tasa mundial de alfabetización ha llegado a alcanzar la cifra de un 92% en la franja de población de los jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 24 años. Los avances registrados en esa tasa son el resultado de la mejora del acceso a la escolarización para las generaciones más jóvenes.

No obstante, hoy en día siguen quedando muchos obstáculos por superar.

Además de las inversiones en programas de alfabetización, se necesitan también inversiones masivas en todo el mundo para la creación de capacidades, la formación de docentes y la elaboración de políticas de educación. Desde que los dirigentes de todos los países adoptaran en 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), más de 450 millones de niños del mundo entero no han llegado todavía a adquirir, a los10 años de edad, las competencias básicas necesarias para saber leer y escribir.

Los datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) muestran que unos 617 millones de niños y adolescentes de todo el mundo no logran alcanzar los niveles mínimos de aptitud exigidos en lectura y matemáticas. Esto indica la existencia de una “crisis del aprendizaje” que pone en peligro los avances hacia la consecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

El rastreador de datos basado en las estadísticas oficiales del Banco Mundial y la UNESCO sobre la “pobreza del aprendizaje”, así como en los datos demográficos de las Naciones Unidas sobre la franja de la población mundial de 10 años de edad, permite determinar el número de niños que pierden sus potencialidades futuras cada año, mes, semana, día, hora, minuto y segundo. Los resultados del rastreo muestran que, cada mes, unos seis millones de niños del mundo aproximadamente cumplen sus 10 años sin haber adquirido las competencias básicas en lectura y escritura correspondientes a esa edad. Esta cifra es equivalente al número de habitantes de una ciudad como Johannesburgo.

Educación para niñas y mujeres – Desigualdad de género en las escuelas

Cabe señalar en especial que las inmensas diferencias existentes en el acceso a la educación y el rendimiento escolar se dan en detrimento de las niñas y mujeres con mucha mayor frecuencia.

Se calcula que en el mundo hay unos 127 millones de niñas desescolarizadas. Para muchas niñas y mujeres, las aulas de clase siguen siendo lugares de difícil acceso, e incluso prohibidos en muchos casos. La UNESCO efectúa el seguimiento del ejercicio del derecho a la educación de las niñas y mujeres en todos los países y proporciona información sobre los progresos que éstos han realizado para garantizar ese derecho en el plano jurídico. A pesar de los importantes avances logrados en los últimos decenios, el derecho a la educación dista mucho todavía de ser realmente efectivo para un gran número de niñas y mujeres. Las prácticas discriminatorias entorpecen el ejercicio pleno de su derecho a cursar estudios y acabarlos para beneficiarse de la educación recibida.

HerAtlas

Seguimiento del ejercicio del derecho a la educación de las niñas y mujeres

Estoy orgullosa porque pronto voy a acabar la construcción de mi nueva casa. Ya voy a poder comprarme una vaca y dentro de poco tendré otro estanque para mis peces.

 

Natacha Obienne

La región costera de Atsinanana (Madagascar) es reputada por sus exuberantes bosques lluviosos y sus criaderos de peces.

Madagascar es un país de población joven, pero solamente uno de cada tres niños puede finalizar la enseñanza primaria. Entre los que acaban sus estudios primarios, sólo un 17% posee las competencias mínimas exigidas en materia de lectura, y apenas un 20% ha adquirido competencias básicas en matemáticas. Cuando dejan la escuela, los niños se ven confrontados a un mercado de trabajo precario y al desempeño de empleos inestables, exactamente igual que sus padres.

Aunque Natacha Obienne tiene apenas 21 años, regenta ya una minúscula piscifactoría, asumiendo así una ocupación profesional que por regla general sólo la ejercen los hombres. Como muchas otras mujeres desescolarizadas de su región, ha podido crear su propio pequeño negocio después de haber asistido a unos cursos de formación profesional en los que adquirió conocimientos básicos de gestión empresarial y técnicas de viabilidad para la cría de peces.

Ha aprendido que la crianza de éstos depende de la temperatura del agua y que si gestiona bien este aspecto su reproducción es mucho mayor. “Yo pongo inmediatamente en práctica –dice– todo lo que aprendo”.

Las clases a las que asistió han cambiado el rumbo de su vida y espera que otras jóvenes sigan sus pasos.

I no longer depend on my parents and I am financially independent

“Ya no dependo de mis padres y he logrado la independencia económica”.

 

Natacha no es un caso único. Desde que se inició el programa de formación profesional apoyado por la UNESCO, unas 3.000 jóvenes de Madagascar han acudido a sus cursos y algunas de ellas han logrado independizarse económicamente creando sus propias pequeñas empresas. La educación es el mejor medio de facilitar la emancipación de las personas, como en el caso de Emma Claudia, una joven de 25 años que después de haber cursado una formación profesional ha abierto un restaurante propio, empezando tan sólo con una bandeja de horno y una cacerola.

¿Qué piensa mi familia? Pues está sorprendida y maravillada al ver cómo ha cambiado mi vida, porque yo no pude acabar mis estudios y no tengo ningún título académico.

Emma Claudia

Si Natacha y Emma Claudia han podido transformar su universo gracias a la educación, en todo el mundo quedan aún millones de niños sin recibir educación alguna a los que se les sigue negando la posibilidad de que puedan realizar un día sus sueños.

La discriminación contra las niñas sigue estando muy generalizada, como lo muestra el hecho de que las mujeres constituyan la gran mayoría de los 1.000 millones de personas adultas analfabetas de todo el mundo. Por otra parte, cabe señalar que la falta de maestros cualificados y de materiales pedagógicos adecuados sigue siendo una triste realidad en demasiadas escuelas.

Además, superar todos esos obstáculos se está poniendo cada vez más difícil porque el mundo tiene que afrontar otros problemas como la aceleración del cambio climático, la emergencia de la digitalización y la inteligencia artificial, el aumento de la exclusión y la incertidumbre que ha traído consigo la pandemia de COVID-19.

El desarrollo de la educación en tiempos de crisis – La pandemia de COVID-19, el cambio climático y los países frágiles

El estallido de la pandemia de COVID-19 trajo consigo una paralización sorpresiva y total de las actividades de enseñanza y aprendizaje en todo el mundo, ocasionando una catastrófica desorganización de los sistemas educativos que jamás se había producido antes en la historia de la humanidad.

Más de 1.500 millones de escolares y estudiantes de todo el planeta sufrieron, o sufren todavía, las consecuencias del cierre de las escuelas y universidades provocado por esa pandemia.

Muchos niños se vieron de repente en la imposibilidad de asistir a la escuela durante varios meses y, además, muchos jóvenes y adultos analfabetos tuvieron que afrontar una situación peor aún, ya que en muchos países los programas los programas destinados a su alfabetización no se incluyeron en los planes de respuesta a la pandemia una vez que ésta estalló. Otros muchos programas de educación también fueron suspendidos y tan sólo fueron reemplazados por unos pocos cursos no presenciales difundidos por radio y televisión, o por otros dispensados al aire libre allí donde esto fue posible.

Hemos reanudado las clases en la escuela hace poco y el retorno a las aulas está siendo muy angustioso. Estamos tratando de recuperar todo lo que no aprendimos durante la cuarentena. Lo peor que tiene el hecho de no estar presente en la escuela es la cantidad de cosas que una se pierde. No se puede comparar en absoluto lo que una aprende mirando una pantalla con el aprendizaje presencial en el aula.

AichaUna adolescente de Nigeria

Aicha tiene mucha suerte por poder proseguir su educación, ya que su país tiene el mayor número de niños desescolarizados del mundo: diez millones y medio, de los cuales casi dos tercios son niñas. Para agravar más el problema, los estados del norte de Nigeria están siendo víctimas de ataques violentos contra sus sistemas educativos.

Detrás de su máquina de coser a pedal, Harikala Buda, una nepalí de 30 años de edad, aparenta ser mucho más joven. Con sus finos dedos sostiene un cupón de brocado color turquesa antes de meterlo con destreza debajo de la aguja mecánica para coserlo.

All Russian students were moved to online studying. Needless to say, it was a rough year for all of us, several friends were struggling with depressive moods. They were missing their friends and teachers. So did I.

Alexander

Para proteger el ejercicio del derecho a la educación de todos ellos, tanto durante este colapso educativo sin precedentes como en el futuro, la UNESCO ha impulsado la Coalición Mundial para la Educación, una plataforma de colaboración e intercambios a la que se han adherido 175 organismos de las Naciones Unidas, de la sociedad civil, de los medios académicos y del sector privado con el objetivo de garantizar que la enseñanza y el aprendizaje no vuelvan a colapsarse nunca más.

La crisis sanitaria mundial también puso de manifiesto que es de esencial importancia disponer de una conectividad digital y de plataformas en línea, así como de medios de radiotelevisión aptos para difundir programas educativos. Con vistas al futuro de la educación mundial, la UNESCO ha instado a que se empiece a considerar que el derecho fundamental a la información debe conectarse con el derecho a la educación en formas que no se preveían ni siquiera hace un decenio.

Ahora que el mundo parece estar pasando lentamente la página de la crisis sanitaria, los docentes y alumnos de todo el mundo están ansiosos por volver a las clases presenciales.

La escuela es un lugar muy apreciado por muchos niños pobres de los países en desarrollo, y también de los países ricos, porque es en ella donde pueden tener acceso a libros, recibir consejos y orientaciones de los maestros y, en algunos casos, es el sitio donde se les ofrece la única comida decente del día. Construir un buen entorno escolar es una tarea que exige asesorarse bien sobre las políticas de educación, adoptar legislaciones más enérgicas en favor del sistema educativo, movilizar más fondos, llevar a cabo campañas de sensibilización y aplicar programas con enfoques específicos basados en análisis profundos, estadísticas e intercambios de información a nivel mundial. Una educación de calidad también exige que se enseñe a los alumnos a adquirir competencias fundamentales, absolutamente necesarias en el siglo XXI, en ámbitos que van más allá del mero aprendizaje de la lectura, la escritura y las matemáticas, por ejemplo y para citar solamente tres: el pensamiento crítico contra la propagación de la información falsa en la era digital, la convivencia en armonía con la naturaleza y la ética de la inteligencia artificial.

La misión de la UNESCO de contribuir al desarrollo de sistemas educativos de alta calidad e inclusivos va mucho más allá de la mera alfabetización. Abarca el fomento de la educación para el desarrollo sostenible, la lucha contra la intolerancia, el racismo y el antisemitismo, así como el apoyo a la creación de libros de texto y materiales pedagógicos.

Las numerosas personas que siguen viviendo en situaciones de pobreza, exclusión, desplazamiento y violencia, no ven el futuro como una puerta que se abre hacia la esperanza y un futuro prometedor, sino como un portón trancado que les cierra el acceso a cualquier clase de oportunidades.

El ejercicio efectivo del derecho humano, fundamental y universal, a recibir educación puede invertir el curso de este estado de cosas.

Building skills where they are most needed

Crouched over a pedal-powered sewing machine, Harikala Buda looks younger than her 30 years. Her slim fingers fold a cut of turquoise brocade before deftly pushing it under the needle mechanism.

Harikala Buda vive en una zona rural de Nepal donde muchos de sus habitantes, en particular las mujeres, no han tenido acceso a la educación básica. Al igual que otras de sus convecinas, Harikala ha tenido que buscar apoyo en uno de los centros de aprendizaje comunitarios sostenidos por la UNESCO para alfabetizarse y aprender la costura. En un país donde no sabe leer ni escribir el 32% de la población de más de 15 años –sobre todo la femenina y rural– la educación es el único camino a seguir para llegar a ser autosuficiente.

Los cursos de formación profesional me han permitido aprender el oficio de costurera y adquirir autonomía. Ya he ganado lo suficiente para comprarme una máquina de coser y unos pocos vestidos.

Harikala Buda

He logrado ahorrar una pequeña suma. Los ingresos de mi marido cubren los gastos domésticos y los míos los economizamos. Tenemos que ahorrar hoy para asegurar el futuro de nuestros niños.

 

Acceder por primera vez a un aula de clase es el primer paso para que la persona que acude a ella pueda crearse un mundo mejor para sí misma, y también para sus hijos y los miembros de su comunidad. Ese primer paso tuvo una importancia decisiva para Kalasha Khadka Khatri, una mujer nepalí de 30 años que se había criado en una familia muy numerosa de 21 miembros y que, por eso, no pudo ir a la escuela. Siendo ya madre de familia perdió a dos hijos que estaban en su primera infancia, por no poder pagar el tratamiento médico que necesitaban. Después de haber aprendido el oficio de costurera en el centro de aprendizaje comunitario de su localidad, Kalasha puede ahora mantener a su familia.

Harikala y Kalasha pudieron adquirir sus competencias profesionales gracias al apoyo del Programa de Desarrollo de Capacidades para la Educación (CapED) de la UNESCO, que se ha llevado a cabo en 26 países menos adelantados y frágiles.  

Las historias de todas esas personas ponen de manifiesto el poder que tiene la educación para transformar la vida de la gente, consolidar su autoestima, coadyuvar a su progreso socioeconómico y promover la igualdad de oportunidades para todos los que estudian y aprenden, así como para las generaciones venideras que dependen de ellos.

En las zonas muy apartadas, la implantación de aulas de enseñanza ofrece la posibilidad de recibir educación a personas que nunca tuvieron antes esa oportunidad, y también a las que se vieron obligadas a abandonar el sistema educativo. En el pasado esas aulas han ofrecido a los niños de países desgarrados por la guerra un lugar seguro, donde podían mantener la esperanza de un futuro mejor para ellos mismos y sus comunidades.

También en Rusia, por culpa de la pandemia de COVID-19, Alexander y sus compañeros de escuela tuvieron que resignarse a la enseñanza y el aprendizaje virtuales, así como a la falta de interacciones.

The Transformative Education Summit, that took place during the United Nations General Assembly in September 2022, as well as the Pre-Summit hosted by UNESCO to forge new approaches to education after the COVID-19 crisis, address the toughest bottlenecks to achieving SDG 4 and inspire young people to lead a global movement for education. World leaders committed to put education at the top of the political agenda. UNESCO has been mobilizing and consulting all stakeholders and partners to galvanize the transformation of every aspect of learning. UNESCO launched a number of key initiatives such as expanding public digital learning, making education responsive to the climate and environmental emergency, and improving access for crisis-affected children and youth.

The two children sitting at their makeshift desk in Italy in 1950 could not have imagined what a modern learning space might look like or how a modern curriculum or the tools and teacher training to deliver it might have been thought out and shaped to offer them the most from education. They could not have imagined the global drive to ensure that everyone was given a chance to learn throughout life. The only thing that has not changed since the photo was taken is the fact that education remains a fundamental and universal human right that can change the course of a life. To the millions still living in conditions of poverty, exclusion displacement and violence it opens a door to a better future.